Las verdaderas hadas de la Sierra





"Entonces escuchó que a sus espaldas el Mamo Kuncha le decía: No persiga nunca a una mariposa, no trate de atraparla, no corra tras ella, sólo quédese quieto, espere, porque la mariposa es como la felicidad, que al no perserguirla se posa sobre nuestros hombros y nos hace dichosos, así sea por un momento"...


Me dijeron que mayo sería el mes de las mariposas, así que me ilusioné. Los campesinos de la zona me aseguraron que la época del año propicia para apreciar mariposas -mi otra afición naciente- es justo esta, mayo y junio; así que, además de la exigente tarea de buscar aves y fotografiarlas, me dispuse a captar también a estas criaturas suaves, delicadas, casi etéreas.   

Es sorprendente la variedad y belleza que adorna a estos insectos voladores, llamados técnica y erroneamente:  lepidópteros. ¡Hizo falta imaginación para ponerles un nombre tan poco indicado! 


Ahora que me he detenido en ellas, creo que los colibríes son en realidad duendes juguetones, mientras que  las mariposas son verdaderas hadas.   Hadas de espíritu tranquilo, amantes de lo ligero, de la libertad socegada, del olor al bosque.  Son lo que son: la discreción, la suavidad, la elegancia. Mientras los colibríes son enérgicos, algunas veces espadachines que defienden su territorio con su largos picos; duendes bulliciosos que se persiguen violentos unos a otros por segundos y que juegan y luchan por una rama o un bebedero;  a las mariposas parece no molestarles nada, ni molestar a nadie,  van silenciosas a su aire atravesando el bosque o los caminos iluminándolos con sus colores. 



Se acercan, se alejan... siempre delicadas. Algunas  muestran todo su esplendor, lucen generosas sus colores y diseños, otras, la más hermosas son más discretas solo comparten su singular presencia cuando lo desean y con quienes tienen suerte.  Al buscar en google encuentro que Colombia, de nuevo, y como en las aves, es el país más rico en diversidad de mariposas. Un honor del que no hemos tomado suficiente consciencia.  Por lo pronto, yo he disfrutado con esta hadas multicolores, las he descubierto para mi placer y mis recuerdos. Me he vuelto su más fiel admiradora...

Las que siempre nos visitan en la sede

La Sierra cuenta con una variedad de diversos colores y tamaños, unas más sociables, otras más esquivas. Sus nombres los desconozco, quizás la próxima vez que haga una labor voluntaria será en  ProMariposas, si dicha fundación existe,  para aprender un poco de ellas así como he aprendido de aves.  Desconozco sus nombres, pero he aprendido a amar su existencia.  La más enigmática y difícil de captar con la cámara ha sido la mariposa endémica de colores amarilloro y violeta de tamaño mediano vuela por la carretera entre los 1000mtrs y los 1500mts... la he visto en varias oportunidades cuando bajo a visitar a los campesinos vecinos de la Reserva, se ha acercado atrevida pero esquiva escapa al lente de mi cámara. Son solo segundos de dicha. Su diseño es singular dado que el amarillo oro está por encima y el violeta en la parte de abajo de sus alas, o al menos, eso parece. Al volar deja una estela imperial, misterosa, es un ser especial sin duda,  por algo sus colores tan bien seleccionados.  




Luego viene el Morfo -feo nombre  popular- una mariposa azul platinada, grande y distinguida.  La he visto pasar por la sede a los 2000 mtrs de altura, baja tranquila por la carretera, casi siempre solitaria. Deja pinceladas de azul cielo por el camino.  La he tratado de captar... no lo he logrado con precisión. Cuando se detiene cierra sus alas y solo deja ver un sencillo camuflado marrón con manchas oscuras. Belleza discreta. 




 También están otras  rojas, amarillas, platinadas, marrones, naranjas,  la muy especial "numerada"  plasmada con su número cabalístico... la camuflada azul negra... las de múltiples colores, tantas y tantas hermosas hadas.  La observación de la naturaleza es sorprendete, va envolviendo, hipnotizando. Nunca antes había reparado en esas criaturas aladas. Solo ahora puedo observarlas como merece algo tan bello: con tiempo, dedicación, con atención sin prisa. Me detengo y espero por minutos a que abran sus alas o, como dice el Mamo, dejo que se acerquen y me regalen algo de la felicidad que viaja en sus colores.




En los días que llevo en la observación de mariposas he aprendido algunas cosas: les gusta ciertos arbustos que están por florecer, las zonas aledañas a las fuentes de agua, el sol que ilumina y calienta luego de la lluvia... me he dado cuenta que comparto muchos de sus gustos;  los machos y las hembras pueden tener colores diversos, algunas, además de tener bellos colores en sus alas tienen bellos colores en sus cuerpos, casi como un tatuaje de los dioses.  Son obras de origen divino sin duda. 

Mariposa-pájaro

La de la fotografía de cuerpo con puntos de colores -arriba- ha sido una de las más particulares.  Al volar parece una ave, el diseño de sus alas imita  un pequeño pájaro de cuerpo blanco y alas azules y negras, es sorprendente, una segunda metamorfósis de mariposa a ave, los sentidos nos engañan. Sorprendente transmutación difícil de creer.  Es realmente una maravilla de la naturaleza. Se conviritó en una de mis preferidas.



Seguiré disfrutando de estas sencillas y silenciosas hadas y seguiré el consejo del Mamo Kuncha, no correré tras de ellas,  estaré alerta a su presencia, al regalo que la naturaleza nos da con sus colores y su aletear sencillo y pasajero...