Viaje al Dorado




Un grupo de mamos y otros turistas llegarán, al parecer, el próximo jueves. Los gerentes de Sofitel Colombia llegarán el domingo. Todo un placer y un reto.  El corre corre diario no me ha dado tiempo para escribir, es increíble. A las seis ojos abiertos, ejercicios de estiramiento y otros para fortalecer mi espalda.  Apreciar el amanecer. Si tenemos suerte el cielo despejado nos permite ver el Caribe desde estos 1900 metros en lo que me encuentro. Se ve el caribe, el puerto carbonero de Santa Marta y la vía a Barranquilla, Ciénaga.  Muchos días la nubosidad no permite ver mucho más que unos  metros pero sabemos que existe ese otro mundo más allá, más abajo que nos anima.  Inclusive los días de lluvia son bellos aquí en la Reserva. Los sonidos de cientos de animales, insectos, cantos de aves nos acompañan a cada instante.  6:45 debemos iniciar el día. Verificamos el agua de los bebederos de colibríes y los remplazamos por nuevos en caso de estar vacíos. Estas pequeñas aves que parecerían hadas nos persiguen y nos hacen saber que deberíamos haber estado en pie aún más temprano.  Son hermosos pero violentos entre ellos.  Esta es una experiencia indescriptible.  Las montañas que amo siempre están presentes y el mar Caribe que ama Mauri a tan solo dos horas. La temperatura, aunque marca 18grados, es helada por la sensación térmica.  Los colores cambian cada día y las sensaciones también. Estamos contentos.

Dos meses atrás escribí a Proaves,  me ofrecí  como voluntaria     -sin tener claro para qué podría ser útil alguien que escribe sobre temas internacionales - ,  y me contestaron, la propuesta me sorprendió: ser administradora de la Reserva  El Dorado, la reserva  más importante del país con más de trecientas especies de aves, un tesoro de más de ochocientas hectáreas  en la Sierra Nevada de Santa Marta.  Conversamos con Mauris, consideramos los pros y los pros y respondimos: Sí!  Seremos administradores de la Reserva y su hotel de 25 camas hasta el 1 de julio de 2012.
Nuetra bienvenida a El Dorado corrio por cuenta de esta bella ave


El camino a Minca no está mal, el clima va cambiando con los metros que vamos subiendo la montaña, la carretera está pavimentada. A las 12m llegamos al poblado, desordenado sin cuadrícula “hispánica”, ni plaza central.  Es un caserío de clima agradable, un café regentado por unos extranjeros nos reciben primero que todo. Luego buscamos el Hotel Minca, lugar de encuentro con Miles McMullan, guía y personaje, quien espera con un grupo de pajareros ingleses, los Craeig dos caballeros, la esposa de uno de ellos y una pequeña “pajarera” de ocho años, para subir a la reserva.  El Hotel Minca es una construcción remodelada, se ve agradable a primera vista, por doquier bebederos de colibríes y aves para fotografiar, el lugar está rodeado de naturaleza nativa. Nosotros decidimos caminar un poco con Miles, quien vivió en el lugar con su familia por un año, es un personaje maravilloso.  Pero volvamos al Hotel Minca. El administrador es un inglés huraño y al parecer “cascarabias”, lo primero que dijo cuando nos presentamos como los nuevos administradores de El Dorado fue: “aquí todo el mundo no hace más que quejarse”…  Cuando le preguntamos donde estacionar el carro nos contestó que él no estaba informado de que dejaríamos nuestro Renault… nos dimos cuenta que es un poco estresado.  Ya pronto se va Alex, al parecer algunos clientes, también notaron el carácter excéntrico del señor adminstrador del Hotel Minca.

A los dos salimos camino arriba. Nos llenaba la expectativa. El verde por todo lado, subimos en dos camionetas con los Craig y con Miles. Nos esperaba un largo viaje. Los pajareros se detienen a cada curva, son observadores únicamente… no toman fotografías, de hecho no les gustan los fotógrafos… los pajareros solo llenas sus checklist de aves del mundo. A veces viajan a un lugar buscando solo una o dos especies, el resto ya la tienen en su lista. Son como coleccionistas de monas del mundial, no les gustan las repetidas.  Nosotros nos bajábamos del carro y caminamos, tuve mucha suerte porque una Tángara Azul se posó justo frente a mi en una rama, yo tomé mi cámara y le apunté. Tomé la imagen de ese bello pájaro celeste. Así poco a poco por una carretera angosta y pedregosa fuimos subiendo hasta la Reserva. Llegamos a las 7pm!  En condiciones normales se baja en dos horas o tres. 

Llegamos de noche a El Dorado nos recibió Sam, el joven administrador inglés quien llevaba seis meses a cargo. Sonríe, está en camiseta veraniega… muy común entre los jóvenes ingleses en invierno! Sonríe de nuevo dice que no hace frío. Para nosotros está helando. Nos asigno una habitación con vista y balcón. La noche  es amable  y nos permite ver a lo lejos las luces de Barranquilla y Ciénaga… Estamos complacidos. 

Miles Mc Mullan, un caballero irlandés norte, un maestro
 
La capacitación fue en Bogotá, viajamos al médico, dejamos nuestro pueblo tagangero y su bahía transparente con atardeceres del Caribe, para hacer gestiones en la ciudad caótica y fría. En Ecotur recibí la información sobre la parte administrativa y manejo de cuentas, legalizaciones, anticipos, upppsss. Todo ese mundo al que no me he querido acercar en años. Sin embargo, con la ayuda de Mauris, quien tiene experiencia empresarial de años, todo parece sencillo.  Fui a La Soledad tres o cuatro veces para conversar con las personas claves con quienes tengo que interactuar todos los día vía Skype.  La reunión que más me gustó fue con Luis Felipe Barrera, director de Conservación. Tratamos temas como la necesidad de estar pendiente de la señalización de caminos, reforestación con especies nativas, bebederos de aves y alimento de pájaros, compos, los proyectos que tienen aquí, en fin. Quedé muy contenta de poder apoyarlos por un tiempo.   A mi ventana llega un azulejo en estos momentos.
Miles Mcmullan es un maestro y un caballero genial. Su sentido del humor y su observación son especiales, fue quien elaboró el libro Guía de Aves de Colombia, sus ilustraciones. Conoce de aves a profundidad.  Nos hizo reir con sus ocurrencias. Los Craig eran intensos, se sentaban por horas a ver una sola ave! Y justo no aparecía… molestos con Miles.  La pequeña de ocho años tiene la paciencia del santo Job… el pasatiempo de los padres no tiene que ser el de los hijos. Y menos un hobbie que exige levantarse a las cuatro de la madrugada día tras día. Según Miles la niña no disfrutaba nada. Para él y ella lo que le gusta son los gatos!!!

Cada día es distinto. Recibimos a Sam sin mayores complicaciones, más por él que por nosotros. La infraestructura en madera es agradable. Sin mayores lujos pero agradable. La vista y el entorno remplazan todo lo demás. Una casa central donde está la cocina, el depósito de mercado, el salón comedor con una mesa grande de 12 puestos y otra pequeña de 4, desde donde trabajo y escribo. En el segundo piso el bar R. Giles, patrocinador de este esfuerzo de conservación, y un balcón para observación. Todo el lugar tiene vista al Caribe y a la montaña.  Más abajo otra sección, otra cabaña con 3 habitaciones por piso y la zona de lavandería. Un camino empedrado lleva a las otras dos cabañas, cada una con dos habitaciones.  Estas dos son de construcción reciente.
El jardín rodea todo el lugar, los bebederos de colibríes y los plátanos atraen a bellos y multicolores visitantes.  Bueno termino por hoy… debo ir a hacer la mezcla para los bebederos. Dos porciones –libra o un poco más- de azúcar por dos litros de agua caliente, luego se revuelve, se diluye el agua y se mezcla con agua fría para que no se fermente. Todo esto debo hacerlos cada dos días… salgo corriendo porque también es hora de iniciar el proceso de la cena. Son casi las cinco!!!