West Gate of Pevensey Castle, Sussex. 1773, John Hamilton Mortiner. Yale Center for British Art |
Suscripción de contratos sin estudios técnicos, planos o
diseños,
ni especificaciones de construcción, evaden procesos licitatorios,
fraccionan contratos…
A la mañana siguiente, Magnolia, la señora que regentaba el casino del Hospital,
ofreció el gato. Margarita, dispuesta a dar la pelea por la casa sonrió
complacida con la noticia. Un gato se encargaría de las bestias del
entretecho, por fin silencio en la madrugada. Es una gata, aclaró, Magnolia; la tendrán al final del día. Asunto resuelto, pensamos.
Contratación que contraviene el
estatuto general y las normas legales, se aprueban
cotizaciones sin evaluación, ni
criterios técnicos…
El tema de Barrancominas volvió a surgir en la reunión con el equipo de gobierno. De nuevo el
secretario mencionó los “compromisos de
la gobernación con el corregimiento”.
¿Quién se comprometió? Pregunté… La gobernación, contestó. ¿Quién?
Insistí. ¿Quién? Nadie contestó. ¡Quien se comprometió que cumpla! Luego de un
incómodo silencio seguimos con los demás temas de la mañana. Creí concluído el tema. La reunión fue más fluida de lo esperado.
Cada secretario presentó el estado del sector, los problemas, las dificultades
financieras, la falta de personal capacitado, los proyectos inconclusos. Recuerdo el asunto de la explotación minera
ilegal y el impacto ambiental y social. Vigente hoy. La infraestructura
inadecuada para el tamaño del pueblo, los problemas educativos, sanitarios y de
salud. El informe del secretario de gobierno fue singular.
Evitan la constitución de veedurías, se presentan
sobrecostos en cada contratación,
sin
certificado de calidad de los productos,
traslados y préstamos internos…
Mis expectativas estaban
centradas en el informe del secretario de gobierno: Pablo. En pocas palabras
expuso lo que su partido político –el mismo del gobernador suspendido-
preparaba para volver a la administración lo más pronto posible. Bien. Luego,
planteó a la gobernadora un dilema: La Corporación Regional regaló a las tres
comunidades indígenas más importantes del departamento cuarenta marranos que
deben ser entregados… Secretario ¿Cuál es el problema? Indagué. ¿Cómo los distribuyo? y ¿con qué plata los transporto hasta las comunidades si no ha firmado nada? Preguntó muy
serio. Dilema para un test psicológico. Un reto de gobierno. Luego de unos segundos, respondí: Seguro
usted podrá distribuirlos mejor que yo.
Sobre el combustible veremos cómo podemos gestionar los recursos.
Preferí no preguntar donde tenía los
animales o cómo los alimentaba…
Las obras de escenarios deportivos se hicieron con
materiales pésimos que obligan a reponer todo lo construído; aulas educativas
contratadas y pagadas de las que solo quedan unos pocos ladrillos; venta de
terrenos de resguardos indígenas a contratistas departamentales…
La disposición del
gobierno nacional sobre la importación
de combustibles se convirtió en un dolor de cabeza. Una
política nacional que buscaba evitar el contrabando de Venezuela por la
frontera norte del país, afectó la frontera sur-oriental. El Ministerio revocó
los permisos de importación desde Venezuela y modificó el régimen de impuestos
para los intermediarios. Ecopetrol, el
proveedor nacional, no podía suplir el cese de importaciones debido a la
presencia guerrillera en el rio Guaviare. La situación empezó a tornarse
crítica. Evitar el contrabando por la Guajira significó aumentar los precios en
Guainía y promover justamente el contrabando.
Por otra parte, la legalización de los transportistas y sus bote-tanques requería el visto bueno en el Comando Militar de Puerto Carreño,
a horas de viaje; además, la actualización en la Administración de Impuestos
Nacionales resultaba onerosa para los pequeños transportistas que eran el
grueso de proveedores de la región. La
Asociación de Comerciantes solicitaba que el visto bueno militar se diera en Inírida, en el Comando de
Infantería de Marina; y que se mantuviera el régimen simplificado para los
comerciantes. Múltiples llamadas,
envío de comunicaciones por fax … nada. Comunicarse desde Guainía con el
gobierno nacional en Bogotá resultó tan sencillo como hablar con el alcalde de
Nueva York. Buscar una solución, aún más
difícil. Pasarían días antes de recibir una respuesta. De hecho, la gobernadora
ya estaba en Bogotá de regreso, a su minúscula oficina, cuando el Ministerio de
Minas y Energía envió comunicación oficial al respecto… comunicación que tampoco solucionaba el
problema. Mientras tanto la ilegalidad remplazaba el suministro legal.
Obras inconclusas que no prestan ningún servicio, pago por anticipado a contratistas que nunca
cumplieron, obras civiles sin
interventoría. Las obras no responden a las prioridades de la comunidad…
La gata llegó en la noche. Cuando
la conocí no pude menos que sonreír, Margarita hizo un gesto de sorpresa y
luego soltó una de sus sonoras carcajadas. Reímos de buena gana.
La gata que nos defendería de las bestias salvajes al amanecer cabía en
mi zapato. Talla 34. No había vuelta
atrás, Ágata, como la nombré, se quedaría con nosotras; Margarita se hizo cargo
de su alimentación y cuidado; desde esa noche, ella la rebautizó como La Gober. Sin palabras.
Consultorías a comunidades indígenas que duran horas y
cuestan millones; entrega de herramientas de mala calidad como parte de contratos
de obra, compra de computadores de segunda, software sin licencia, alimentos que ya caducaron cuando llegan a las escuelas de niños internos...
El auto de apertura de investigación abierta –dos meses atrás- al
gobernador suspendido era un dechado
de anti-gestión pública. El documento solicitaba la inspección judicial a las
obras públicas, supuestamente ejecutadas, en Inírida y en las comunidades;
para, en caso de comprobar los testimonios y pruebas, llevar a juicio fiscal al responsable elegido
popularmente. Una comisión verificadora de la Contraloría viajaba por los ríos
del Departamento por esos días. El texto
sustrajo mi atención en el café de la mañana, once páginas de irregularidades
que dieron vuelta a mi cabeza durante todo el día. Los afectados: Inírida y las comunidades de
Puinabes, Curripacos, Piapocos en los resguardos Bajo Guainía, Medio Guainía,
Pueblo Nuevo Laguna Colorada, Alto Guainía, Laguna Curvina Sapuara, Guaco, Ríos
Cuyari e Isana, Cuenca Media y Alta del Río Inírida, Ríos Atabapo e Inírida y
Arrecifal… Casi todo el Departamento.
El rio seguía bajando, así lo constataban los transportadores, pronto la guerra nos sorprendería.
Continuará...