Fotografía de: Royce´s NightScape
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Han pasado trecemil setecientos millones de años desde el
inicio...
un poco más, un poco menos.
Silencio, oscuridad sin sinónimos ni antónimos.
¿Por dónde andabas?
Sin tiempo ni espacio; estado anímico en sosiego.
Supongo dioses meditando.
Una inspiración, un soplo, estallido de ilusión: El
Universo.
Desde entonces se esbozaba tu sonrisa.
Energía, gravedad, átomos, protones… ¡qué sé yo!
Luces diminutas, colosales, centellearon de repente,
Un teatro, un estreno,
los dioses anunciaban obra nueva.
Cientos de miles de años desfilan como ríos de valle en el
verano,
se transforma el infinito.
Ellos- los dioses- bailan, se divierten… intentan lo
sagrado:
Aquello llamado Creación, y al mismo tiempo,
preparan mi regalo.
El agua es el secreto, al fin y al cabo todo fluye,
de la nada al ADN, la Vida, los planetas, hongos, plantas y
reptiles…
Tu suspiro me devuelve a nuestra cama.
Partículas de estrellas formaron tu cabello.
Galaxias, mamíferos, humanos, lenguaje, culturas,
guerras y conflictos.
Infinito, eternidad...
un milagro fue cruzarte en mi destino
Sencillo y complejo, formidable y vulnerable…
el Universo, este abrazo y tu presencia al lado mío.
Fotografía de Kim Levenverger |
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Un abrazo, Olga