It´s my kite by
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Llegaron seguros de su intento…
Como delanteros confiaban en su tino,
compinches, camaradas,
raspadas las rodillas, despeinados, camisetas descompuestas.
No es la temporada, escuché desde las gradas;
Hace un mes era posible, añadieron otros
sin dudarlo.
Allí en medio de esa cancha arenosa de pueblo caribeño
Gregorius Suhartoyo
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Los pequeños no escucharon,
siguieron adelante.
A los seis o siete años no se atienden temporadas,
pronósticos ni fases de la luna.
No hace falta fe, creencias ni conjuros.
Inocencia, candor, lo simple, lo pequeño
evocaban aquellos niños
en el centro de la cancha atados
por un lazo a sus cometas,
las joyas de la noche.
Las luces enfocaron sus pasos,
esperaban un despegue.
Lo intentaron una y muchas veces,
risas y hombros
levantados.
Los maliciosos repitieron: imposible sino hay brisa...
Los pequeños continuaron sin perder una pizca el entusiasmo
De repente las cometas se quedaron en la arena...
Los niños, los compinches, se elevaron hacia el cielo
unidos a la cuerda recorrieron todo el pueblo como héroes de
tebeos.
Lo lograron aún sin brisa, soy testigo y muy confiable.
Eso pasa, no lo duden, cuando se camina una noche fresca de
luna casi llena
por la cancha iluminada y arenosa de este pueblo caribeño.
Wish I could fly like a kite
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Un abrazo, Olga