Mis intrépidas palabras


South by Marco Cirone

Solo espero que regresen,
con relatos, mundos nuevos.
Parece que las veo retornar por detrás de las montañas.
A veces quiero atarlas, retenerlas.
Imposible.
Otra vez se fueron de aventura.

Algunas tomaron el Endurance
hacia el sur, están resueltas.
Encallarán… ya lo advertía la proclama:
“viaje peligroso, bajo sueldo, frío intenso”…
Solo espero que resistan, que tengan el coraje y enfrenten aquel clima. 



Amanecer en Lampedusa

Amanecer en Lampedusa





Sunsent in Lampedusa by Graziano Rachelli

Las luces a lo lejos se apagaron. 
Soy pecio...
Allí, en medio del caos y el  embate de las olas, 
solos.
El sur no es el paisaje que desean en sus calles
Indignos visitantes con relatos de excolonias,
miseria envuelta en  gobiernos de bolsillo, 
riquezas y contratos

El pesquero resistió a  su destino
Había salido victorioso en múltiples combates
Cuerpo a cuerpo con Neptuno, Eolo y otros tantos.
El Rekaya se alzaba por encima de los mares
dando gracias por los días y las noches de captura
Tiempos de merluza, el atún,  y pez espada…
Pero esos fueron otros tiempos.

Elevar una cometa




It´s my kite by



Llegaron seguros de su intento…
Como delanteros confiaban en su tino,
compinches, camaradas,
raspadas las rodillas, despeinados, camisetas descompuestas.  
No es la temporada, escuché desde las gradas;
Hace un mes era posible, añadieron otros 
sin dudarlo.







Un retrato en sepia, voces y castaños.



Un año lloviendo. ManuelOrero

Ella sin sonrisa ni atisbo de imprudencia
manos al regazo, ligera inclinación de la cabeza
labios bien sellados, cabello recogido,
lejana la mirada… Carácter de una dama.
¿Qué pasa por su mente?
 ¿Qué sueños, qué parajes anheló en sus noches blancas?

Traje largo, encaje al cuello,
collar de perlas acompañan a la argolla que se muestra muy discreta,
sello de serio compromiso.
Fin del primer plano.



El largo camino hacia tí


Fotografía de: Royce´s NightScape


Han pasado trecemil setecientos millones de años desde el inicio...
un poco más, un poco menos. 
Silencio, oscuridad sin sinónimos ni antónimos.
¿Por dónde andabas?
Sin tiempo ni espacio; estado anímico en sosiego.
Supongo dioses meditando.

Una inspiración, un soplo, estallido de ilusión: El Universo.
Desde entonces se esbozaba tu sonrisa.
Energía, gravedad, átomos, protones… ¡qué sé yo!
Luces diminutas, colosales, centellearon de repente,
Un teatro, un estreno, 
los dioses anunciaban obra nueva.


El trancón de fin de tarde






Aseguran que en silencio
los cerebros tienden puentes,
lazos intangibles rondan, nos circundan.
No hace falta sílaba o vocablo,
Emociones que nos cubren,
nubes hacia un sol que se escabulle.








Calle Pintor Velasquez, No. 6



Han pasado treinta años
El otoño apenas comenzaba.

Paso obligado pasillo primer piso,
Una mirada de reojo, un anhelo camuflado, 
señal de ligera indiferencia
El desajuste en la puerta del buzón, 
posible presencia de noticias,
Un mensaje, una postal, o quizás 
una paloma mensajera.
Falsa alarma, 
el desajuste es solo negligencia del casero.
Don Manolo se defiende: 
el buzón es el de siempre.


Mis zapatos viejos




Un corto viaje acabó con su existencia.
Caminata sin pretensiones ni barullos
Fue el empedrado el que quebró al final su fortaleza.
Un aliento de congoja cubrió el descubrimiento
Compañero de senderos, fiel, prudente, buen amigo.







Magallanes



Hablé con Magallanes la otra noche
Sentí su soledad, su exilio.
Recordó sus sueños, 
el  apremio por  llegar a las especias,
no creer en tormentas ni borrascas,
fondear prudente; 
orar a un santo que se acuerde de unos locos.
Pimienta, clavo, jengibre y canela,
su pretexto.
Recordó la Cruz, las velas y sus naos.

Señaló a lo lejos al Victoria, más atrás al San Antonio,
El Concepción, el Santiago y este…
este el Trinidad en el que viaja.
Pronto un mar de nubes desdibuja  la  presencia,
Solo el Victoria congela su figura.




 Las Molucas son la meta, 
el camino ha sido incierto
Nada de colosales congrios,
 imponentes bogavantes o dragones
Sí los monstruos conocidos: 
hambre, tristeza, enfermedad, desesperanza… 

Los motines se maniobran con timón 
y viento firme… 
algunos pierden la cabeza, 
gajes del oficio;
los demás reconsideran continuar en el periplo.


La ruta a un estrecho, un canal o cualquier cosa que lleve a las Molucas
Un sueño inconcebible, un encuentro aún asombroso
Corrientes, ensenadas, noches de tornado,
historias fabulosas; lo normal cuando desafías tu destino; 



Se despide Magallanes
No hay sonrisa ni una ojeada,
Ojos fijos mar sereno,
su Océano Pacífico, el globo, nuevas rutas.
No tendré el favor del cielo, asegura
pocos volverán al puerto de Sevilla.
 
Seguiré adelante, el viento anima,
Allí donde se encuentren las fragancias, 
la bahía y los amigos.
No olvides, me recuerda, un sueño que aún tengo... Mi cristiana sepultura.


Escuela de Pastores




Decidiste ingresar a la escuela de pastores…
Aclaras que tu afecto es por 
la cabra lechera y la oveja merina.
Lejos de sermones, gabelas o culpas que afloren eficaces.
¿Sangre de un abuelo caminante? ¿Una fábula que te leyó de niño?

Ciudades subterráneas



Un extraño orden se impone
aún en el caos de la guerra.
La escasez, el desconcierto, la tristeza.
La rutina de otros tiempos se convierte
en reliquia, esperanza y agonía.

Sombras necesarias



Cada noche aparecen, me cubren
y roban la cordura
Profecía de un destino inevitable
La oscura cavidad es misteriosa
¿Sueño o asisto a
otro e irrefutable teatro de la vida?


Hay días...





Hay días que imagino
La primavera probar en mi ventana
Celeste que viste el universo
Sensación en la piel que pone alerta los sentidos
Pasan los segundos y recuerdo
No hay estaciones donde vivo…









Hay días que creo ser Jimmy Liao
Sus letras y colores
Me sumerjo en su rincón del mundo
Donde vuelo entre plantas submarinas, vocales y sonatas
Pasajes de turquesa, verde y acuarela.
Hay días en que hablo con mi gato…
No soy tu gato, me corrige.
No tengo gato, le recuerdo.





 Hay días en que el ánimo amanece confundido
Los sentidos me traicionan
¿No es primavera la que toca a mi ventana?
¿No es mi gato el que escucho sigiloso?
¿Los colores anuncian retirada?

 
Un obsequio salva la mañana
Soy crayón, papel y tinta… 
¡Al diablo los sentidos! Su traición no me molesta.
Escucho de muy lejos la  pícara mirada de Sarita…
¡Qué entre el sol, el gato, la alegría de los niños!